lunes, 9 de junio de 2008

Expedición Aconcagua (6.962m)

UNAS NAVIDADES EN EL ACONCAGUA (6.962m)

Poco después de la media tarde del día 18 de diciembre de 2005, David González y Agustín Guerrero, miembros del Club Alpino Burgalés y Félix Castrillo de la Sociedad de Montañeros, partíamos del aeropuerto de Madrid con destino a Buenos aires, no sin antes despedir a mis padres, y recibir las ultimas palabras de “Suerte”, “Te quiero”, “Mucho cuidado con todo”, “Si lo ves mal te bajas”.
Embarcamos y tras una hora de retraso del despegue del avión, un par de comidas bastante malas, 8 horas de viaje y sin pegar ojo aterrizamos en Buenos Aires. En el mismo aeropuerto tenemos que pasar la noche tumbados en los bancos de espera hasta que salga nuestro próximo avión por la mañana con destino a Mendoza.

Día 19 de diciembre de 2005
A la mañana siguiente un mosquito me despierta, me acaba de picar en las dos manos y las tengo como unas botas, bien empezamos. Tenemos por delante un día muy ajetreado.
Montamos en el avión rumbo a Mendoza y en Córdoba hacemos una escala en la que tenemos que recoger las bolsas, pasarlas por la aduana y volverlas a meter en el avión. Nos preguntan si llevamos comida y especifican si tenemos jamón, espero que no abran mi bolsa, porque llevaba un kilo repartido en cinco paquetes envasados al vacío que mi madre me había preparado. Sin más percances volvemos a montar en el avión para ya por fin llegar a Mendoza.
Allí nos está esperando Adrián, perteneciente a la empresa INKA, el cual nos trasladará al hotel a depositar las bolsas. De ahí nos lleva a comer, por supuesto un buen Bife de chorizo que tan merecida tienen la fama. Ya con el estomago lleno nos dirigimos a la Subsecretaria de Turismo, donde hay que sacar los permisos de ascensión personalmente, 1000 pesos, unos 330 dólares.
Luego nos vamos a la oficina de INKA a por el gas. Esta empresa es la que Aragón Aventura tiene subcontratada aquí en Mendoza
De allí nos vamos al Carrefour, que tenemos al lado del hotel, a ultimar las compras de la comida de altura, un poco de arroz, otro poco de pasta, unas galletas, unos frutos secos… para que luego sobre más de la mitad.
Después de todo esto hasta nos quedó tiempo para cenar y comernos un helado.

20 de diciembre de 2005
En mi opinión un día un poco perdido pero bueno, sin madrugar mucho partimos en dirección a Penitentes, una estación de esquí sin nieve (recordemos que aquí es verano) próxima a la entrada del Parque del Aconcagua.
180km separan a Mendoza de Penitentes que los realizamos en tres horas. No hay prisa, es todo lo que tenemos que hacer hoy. Una paradita en Uspallata para estirar las piernas y beber algo. El calor es agobiante, ya podía hacer así por allá arriba.
A la llegada al hostel sorpresa, en la puerta hay una pegatina del Grupo Espeleológico Niphargus, la colocarían Jose, Carlos y demas amigos en el 2000, pues bien que sepáis que sigue ahí y que no os la hemos quitado. Hay que decir al respecto que estos dos amigos hicieron muy buen trabajo con la publicación del libro “Sin Resuello”, escrito por Jose Manuel Renuncio y el CD de Carlos del Val. Los días que me he pasado leyendo el libro una y otra vez y viendo el CD en mi ordenador. Lo recomiendo.
Ya en el hostel y repartidas las camas procedemos al pesaje del material que han de llevar las mulas hasta el Campamento Base de “Plaza de Mulas” (4200m). Son 30 los kilos que nos permiten subir por persona, nos excedemos en unos pocos así que esos nos los tendremos que subir nosotros.
Después cena y a la cama, que mañana empieza lo bueno.

21 de diciembre de 2005
Nos despertamos prontito y después de un buen desayuno nos vienen a buscar en un todo terreno que nos llevará a Horcones, la entrada al Parque del Aconcagua.
Enseñamos los permisos al Guarda parques y nos da el visito bueno para ascender, así que sin más dilación comenzamos a andar. Primeras vistas del Aconcagua y la cámara de fotos empieza a echar humo.
Tras un par de horas llegamos a nuestro destino, “Confluencia” (3300m), donde nos espera Belén con la comida ya preparada, todo un lujo. Después de comer nos muestra las tiendas en las que dormiremos las próximas dos noches.
Por la perspectiva y aunque el Aconcagua sea muy alto (6962m), aquí se pierde de vista.
El resto de la tarde la pasamos leyendo, escuchando música y dando paseos por esta ciudad de tela multicolor.

22 de diciembre de 2005
A las 8 de la mañana ya nos esperaba un copioso desayuno compuesto por jugos, te, galletas, huevos revueltos,…
Hoy realizaremos el primer pico de aclimatación que consiste en dormir por debajo del punto máximo alcanzado durante el día.
Partimos con las mochilas más vacías que las de ayer, agua y un gore-tex por si acaso, el tiempo es muy cambiante y con una celeridad pasmosa. Comenzamos a subir las primeras rampas y al poco tiempo se comienza a divisar la impresionante pared sur. A lo largo del camino se nos va descubriendo poco a poco, hasta que llegamos al lugar denominado “Plaza Francia” (4100m), donde durante una hora contemplamos los casi 3000m de pared en todo su esplendor. Es sobrecogedor.
Después de admirar el Aconcagua y de sentirnos tan pequeños al lado de ese gigante, tomamos el camino de regreso a Confluencia (3300m), que solventamos en menos de la mitad de tiempo que en la subida.
Cena y a al saco en el que me quedo pensando después de haber visto al Aconcagua, sin la ventaja de las fotos, si esto no me va a quedar un poco grande.

23 de diciembre de 2005
Sale el sol y todo se empieza a poner en marcha, desayunamos fuertemente y volvemos a cargar las mochilas con todo, ya que no volveremos aquí hasta nuestro regreso de la cumbre.
Dejamos Confluencia sobre las 9:30 y lo primero que hay que hacer es bajar unos metros para atravesar por un puente el río Horcones para continuar por su margen izquierda. Tras una pequeña subida nos plantamos en una extensión plana denominada Playa Chica de unos 10km de largo, y al fondo el Cerro Dedos. El terreno es muy árido, ya que la vegetación es inexistente a partir de los 3500m. El viento sopla en contra.
Acabado este tramo, comienza Playa Ancha con el Cerro Cuerno al fondo. Similares características pero de 12km. Atravesamos varios ríos y sin mayor complicación terminamos este segundo tramo.
A esta altura nos encontramos con Diego Rodríguez, también del Club Alpino Burgalés, que bajaba con un compañero de expedición de Bilbao con un edema pulmonar y un italiano con los dedos negros por congelación.
Después de unos toboganes de subidas y bajadas y algún campo que otro de penitentes llegamos al último escollo antes de llegar al Campamento Base de “Plaza de Mulas” (4200m), Cuesta Brava. 300m de desnivel para terminar la jornada con un porcentaje de inclinación bastante elevado.
Al cabo de 6 horas de jornada llegamos al Campamento Base, donde volvemos a enseñar los permisos. Allí nos esta esperando Josefina, con agua y algo para picar, ella es la encargada que INKA tiene aquí.
Se va el sol y todo el mundo a su tienda a esperar un nuevo día.

24 de diciembre de 2005
Sale el sol, comienza a subir la temperatura y el Campamento Base entra en movimiento, los que suben, los que bajan y los que descansan como nosotros. Hoy lo dedicaremos a pasar el día por el campamento sin forzarnos demasiado, después de desayunar cruzamos al hotel distante una media hora, para ello hay que atravesar un par de campos de penitentes. Desde allí llamamos a casa.
Por la tarde después de comer nos acercamos hasta el medico, 52 pulsaciones y 88% de saturación de oxigeno en sangre, nos dice que estamos demasiado bien para el poco tiempo que llevamos. Yo no me lo creía, ya que el día anterior por la noche me dolió la cabeza como nunca antes lo había hecho.
Llega la Noche Buena y nos ponen una cena espléndida, acompañada de vino y champagne, impresionante para estar a 4200m y un poco alejados de la mano de dios.
Después de cantar unos villancicos populares nos vamos a la carpa de Diego, Isabel y Rober para terminar tomando unas cervezas.


25 de diciembre de 2005
Como siempre esperamos a que los primeros rayos solares golpeen en nuestras tiendas para salir del saco y ponernos en movimiento.
Después del desayuno cogemos las mochilas y ponemos rumbo al Cerro Bonete (5100m). Volvemos a atravesar los campos de penitentes que habíamos cruzado el día anterior en dirección al hotel para luego continuar por su derecha. Atravesamos varios incómodos campos de penitentes combinándolos con pedreras. El camino es bastante evidente, ya que muchos andinistas utilizan esta montaña como parte de su aclimatación. Tras tres horas de ascensión hacemos cumbre, desde aquí se puede contemplar en casi su totalidad la ruta Normal.
Una hora en la cumbre y descenso otra vez a Plaza de Mulas por el mismo camino.
Por la tarde organizamos todo el material que habíamos traído y decidimos qué llevaremos en el porteo del día siguiente hasta “Nido de Cóndores” (5350m).

26 de diciembre de 2005
Como todos los días después de la salida del sol nos ponemos en marcha, con las mochilas bien cargadas, y nos dirigimos a montar el Campo 1 “Nido de Cóndores” (5350m). La subida es bastante fuerte pero el firme es bueno y avanzamos con celeridad. Vamos adelantando a otras expediciones que han salido antes que nosotros, nos encontramos bien y vamos a buen ritmo.
Pasamos por “Plaza Canadá” y continuamos hasta “Cambio de Pendiente” donde disminuye la pendiente, para hacer posteriormente una travesía hacia la izquierda hasta Nido de Cóndores. En tiempo: tres horas y media.
Nos encontramos que hay pocas tiendas así que podemos elegir un buen sitio donde colocarla, resguardada del viento y con un nevero cerca. Montamos la tienda y metemos todo lo demás dentro de ella, comemos un poco de jamón, disfrutamos un buen rato de las vistas y bajamos por donde habíamos venido.
A la llegada al Campamento Base acabamos de preparar lo que al día siguiente nos terminaríamos de subir, no se podía olvidar nada, porque ya no volveríamos a bajar.
El sol se esconde, la temperatura baja vertiginosamente, se hace el silencio y todo el mundo a sus respectivas tiendas.
Afuera sopla el viento fuertemente haciendo temblar a la tienda, ¿habrá aguantado la que tenemos en Nido?

27 de diciembre de 2005
Sin prisa nos despertamos, desayunamos y nos ponemos de nuevo en camino por la misma ruta que ayer transitamos, vamos a buen ritmo pero un poco más lentos que el día anterior, no hay que desgastarse.
Al llegar comprobamos que la tienda sigue en su sitio y que el viento no ha podido con ella, la teníamos bien protegida con piedras a su alrededor.
Pero cuando nos disponíamos a fundir agua asaltaron nuestras dudas de cumbre, no nos funcionaba ninguno de los dos hornillos que llevábamos, el mió creo que se fastidió en Jaca y el de Félix no prendía, aunque Agustín al final consiguió arreglarlo, con eso de que es bombero. También un poco ayudados por la solidaridad francesa de Yannick Tonner que nos prestó uno y pudimos salir del paso.
La temperatura baja rápidamente, nos metemos en la tienda a preparar la cena y pronto a los sacos que es donde mejor se está.

28 de diciembre de 2005
La condensación se ha congelado en las paredes de la tienda y superficie de los sacos, esta todo blanco. Cuando los primeros rayos del sol tocan a las tiendas se empieza a caer la escarcha y parece que nieve dentro de la tienda. Esto nos sucedería los días posteriores.
Con poca carga en las mochilas nos ponemos en camino hacia el Campo 2 “Berlín” (5900m), por el camino nos cruzamos con gente que baja de la cumbre, unos con éxito y otros menos afortunados. Vemos que hay gente que bajan en unas condiciones lamentables, algunos dando tumbos y perdiendo el equilibrio. ¿Tal es el afán de las personas de subir a toda costa incluso jugándose la vida? ¿No hay nadie que les diga que se bajen? ¿Y si te dicen que te bajes, les haces caso? Una retirada a tiempo vale más que una victoria.
Al cabo de una hora y media llegamos a Berlín, un lugar muy sucio y con tres construcciones de madera de forma triangular bastante precarias, que en caso de necesidad se pueden utilizar como vivac.
Nos encontramos bastante bien así que decidimos seguir un poco más adelante. Primero se da la vuelta Agustín, luego yo y por último Félix.
Regresamos a Nido de Cóndores e inmediatamente comenzamos a fundir nieve.
Cae la noche, el sol se pone y comienza el festival de colores. En el horizonte, amarillo, rojo, azul, es una puesta de sol impresionante, nunca había visto nada igual.

29 de diciembre de 2005
Sin ningún tipo de prisa esperamos a que salga el sol por completo, hacemos el desayuno, recogemos la tienda y guardamos entre unas piedras el material que nos sobraba.
Nos cargamos las mochilas y volvemos a subir para ya establecer el Campo 2 “Berlín” (5900m)
Fundimos nieve, que lleva bastante trabajo, al infiernillo le cuesta más que abajo derretirla, ya que a estas alturas pierde poder calorífico.
Por la tarde una chica nos dice que baja un japonés bastante “tocado” y que no puede moverse, Agustín es el que sale a buscarle, en compañía de otros montañeros. Lo encontraron y lo metieron en el refugio de madera que es donde se hospedaba. El tío no tenia nada ni de material ni un buen saco, ni tienda, ni nada. ¿Qué se le pasa a esta gente por la cabeza? Yo creo que no aprecian la vida. También había allí otra chica alemana que no ve a su marido desde por la mañana y esta muy nerviosa aunque al anochecer apareció.
Apenas cenamos, lo único que hacemos es beber. Dentro del saco nos metemos el agua para evitar que se congele, por la noche tendremos temperaturas de -25ºC.

30 de diciembre de 2005
El día más esperado de una expedición es siempre el asalto definitivo a la cumbre, todas las ilusiones convergen en único objetivo, cuya consecución suele marcar el éxito o el fracaso de la empresa. Ese día el alpinista se olvida de casi todo lo accesorio, como si se de la primera cumbre se tratara. En el hecho de pisar la cumbre se unen las sensaciones de la subida, días de esfuerzo y demas sentimientos. Muchos profanos juzgarán de surrealista el acto de subir para luego bajar.
A las 7 de la mañana enfundados en los plumas nos ponemos rombo a la cumbre y nada más salir se nos congelo el agua de las mochilas, de nada había servido dormir con ella.
Vamos caminando y al poco de salir un fenómeno de la naturaleza increíble, la sombra del Aconcagua se reflejaba en el horizonte, impresionante. Continuamos ascendiendo hasta llegar al refugio “Independencia” (6300m), donde hacemos la primera parada.
Seguimos haciendo una travesía ascendente que cruza el Gran Acarreo y por la que atravesamos el Portezuelo de los Vientos. Acertado nombre, porque aquí si que soplaba el viento de lo lindo. El caminar por aquí es un poco incomodo porque son piedras bastante sueltas y te resbalas continuamente.
Alcanzamos la base de la temible Canaleta, aquí hacemos la segunda parada y dejamos las mochilas para afrontar esta última parte más aliviados. Comienzan a subir primero Agustín y Félix, yo me quedo haciendo una parada un poco más larga.
A partir de aquí el más mínimo movimiento cuesta mucho hacerlo, cada pocos pasos tienes que parar a recuperar el resuello. Primero son quince pasos, luego son diez, luego son seis. Yo me ponía unas metas, “voy a llegar a esa piedra” y muchas veces me era imposible.
Después de mucho trabajo y un poco de sufrimiento llego al Filo del Guanaco, Agustín y Félix ya están en la cumbre. No queda nada, ya estoy casi arriba, no puedo evitar que se me caigan las lágrimas, me acuerdo mucho de mi madre y de mi padre que estuvo aquí hace quince años, Pablo, Juan, que les hubiese encantado haber estado aquí… y demás amigos.
Veo la cruz de aluminio que tanto había visto en fotografías, ahí esta la tan ansiada Cumbre (6962m), son las 14:22. Abrazos con los compañeros, felicitaciones e infinidad de fotos. Comenzamos a bajar y al poco nos encontramos con Isabel y Rober, también lo conseguirían. La bajada la hacemos despacio debido al cansancio acumulado durante el día.
Nada más llegar a Berlín nos ponemos a fundir nieve y beber esta noche tampoco cenamos.

31 de diciembre de 2005
Recogemos las tiendas y para abajo, llegamos a Nido de Cóndores, recogemos el material que habíamos dejado y regalamos la comida y el gas sobrante a unos porteadores. Continuamos bajando hasta llegar a Plaza de Mulas donde ya nos estaba esperando Agustín.
Por la tarde fuimos al hotel a llamar a casa a comunicar la noticia y a felicitar el Año Nuevo y por la noche… Fiesta.
Al día siguiente descenderíamos los 40km que separan Plaza de Mulas de Horcones.
Gracias a Aragón Aventura, en especial a Javier y Fernando Garrido por el buen trabajo que hacen.



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